“Alguna vez te haz preguntado ¿Por qué no te cansas de respirar?”

En el año 2014 Daniel Adrián comenzó a escribir un blog en el que depositaba sus reflexiones y cuestionamientos más profundos a través de la narrativa y la poética;  el proyecto que se extendió por más de seis años (y que oficialmente aún no concluye) nos da una ventana hacía la intimidad más recóndita de un hombre;

“El ser mundano como auto proclamado dueño de la vida tomó ese frijol y lo rodeó de algodones. Tras unos ajustes y regadas, germinó.”

A través de pasajes desafiantes  Daniel nos invita a dar una  vuelta sobre la línea de tiempo de sus pensamientos, que se convierte en el relato cronológico de un segmento de vida, una cápsula  atemporal  donde fue guardando distintos recortes que al hilarse en este primer tomo, nos dejan ver una meta-narrativa al respecto del crecimiento y las transformaciones por las que atraviesa el ser humano día con día;

“El día que perdí mis ambiciones coincide seguramente con la fecha en que dejé de hacer promesas y me quedé con las que ya tenía. Las bajé de cielo, les di forma y las transformé en guirnaldas de agapando invisibles que, le dieron vista de rayos x al buey. Y en la infinidad de significados que mi visión tomó desde ese día, vivo entregado al amor sin ambiciones(…)”

Este libro puede leerse en cualquier orden y a cualquier ritmo, cada pasaje representado con una fecha calendárica es una invitación a la mayéutica que cada uno practica en la clandestinidad de sus silencios, al leerlo entrarás de pronto a ese tobogán  de las muchas vidas que uno recorre al cabo de unos cuantos años; este carrusel poético de la momería nos invita a mirar y reconsiderar nuestras propias transfiguraciones y quizá detenernos un momento a valorar; que quienes somos hoy, nunca antes fuimos y ya jamás lo volveremos a ser.